Es un boceto realizado a grafito sobre tabla previamente imprimada con una base de gesso en color crema. El título de la obra hace referencia a momentos de reflexión sobre una de las asignaturas recibidas en los cursos del doctorado, llamada "Relatos amorosos y galantes". Pensé mientras recibía dicha materia, que en años anteriores me había recreado de dicha temática pintándolo sobre barro. Aconteció en la especialidad de Pintura Cerámica de la Escuela de Gelves " Della Robbia". Era una composición vertical de tres azulejos de 15x15, que tenían un baño de esmalte llamado Siglo XVIII, cuya característica principal recuerdo ser un craquelado fabuloso que aportaba un aspecto antigüo a la vez que clásico. Una pintura de estilo renacentista, donde el caracol estaba presente en todas sus formas entre motivos vegetales y la representación es de un cuerno lleno de frutas, limones y naranjas. Un trabajo de trazo firme que requiere buen pulso con el tiento y dónde más tarde el color integraría las líneas y las formas. Experimenté tal liberación con el grafito sobre aquella tabla y me sentí tan agusto con aquella técnica sin plantillas, ni patrones, que decidí realizarla más tarde en un formato mayor, donde los elementos que componen la obra eran un mero pretexto para estudios de composición. Utilizo la obra de "El cuerno de la abundancia" para simbólicamente referirme a los frutos de mi trabajo que son mis ilustraciones. Un camino de ideas entre la pintura y la ilustración. Es una representación de las experiencias que obtengo siempre que me acerco a ese abanico de tareas tan múltiples y ricas de posibilidades plásticas y gráficas, que en mi cabeza se forman como un juego entretenido, pero que nunca sé como terminan. El final de cada obra siempre queda abierto esperando ser mejorado. En un afán de encontrar la perfección, de dar lo mejor en cada una de las cosas que inicio, sean del tipo que sea, pongo todo mi esfuerzo porque pienso que al fin y al cabo, estarán ahí y en algún momento futuro, volverán de nuevo a mi vida. En todo lo que miro busco el Arte, aquello que lo armoniza a mi percepción. Creo que se produce una gran comunicación entre lo que siento y lo que representa para los demás. Es justo encontrar el equilibrio de las cosas, un equilibrio que no debemos imponernos. Debemos probar para llegar a él y no pretender unos resultados óptimos en un abrir y cerrar de ojos. Ya que todo llegará a su debido tiempo y sé que no quiero ni puedo forzar la máquina del tiempo porque mi pretensión es llegar a disfrutar de los resultados estando en plena capacidad. Son muchos artistas los que tienen problemas con la administración del tiempo. El estereotipo de..."Son distraídos, sensibles, coquetos, ilusionantes...". Así me he sentido yo. Siempre dulce, risueña, deseosa de gustar y ser aceptada, cariñosa, muy trabajadora y luchadora incansable. Pero saber que todo tiene un tiempo, un valor y un esfuerzo que debe ser medido y estudiado, ha sido mi mayor aprendizaje para no fustrar mi interior, para no marcar mi trabajo contra el tiempo, sino para ir a un ritmo, a un compás y conseguir que el tiempo sea mi guía y llegar poco a poco a los resultados deseados.

El Cuerno de la Abundancia.

Es un boceto realizado a grafito sobre tabla previamente imprimada con una base de gesso en color crema. El título de la obra hace referencia a momentos de reflexión sobre una de las asignaturas recibidas en los cursos del doctorado, llamada "Relatos amorosos y galantes".
Pensé mientras recibía dicha materia, que en años anteriores me había recreado de dicha temática pintándolo sobre barro. Aconteció en la especialidad de Pintura Cerámica de la Escuela de Gelves " Della Robbia". Era una composición vertical de tres azulejos de 15x15, que tenían un baño de esmalte llamado Siglo XVIII, cuya característica principal recuerdo ser un craquelado fabuloso que aportaba un aspecto antigüo a la vez que clásico. Una pintura de estilo renacentista, donde el caracol estaba presente en todas sus formas entre motivos vegetales y la representación es de un cuerno lleno de frutas, limones y naranjas.
Un trabajo de trazo firme que requiere buen pulso con el tiento y dónde más tarde el color integraría las líneas y las formas.
Experimenté tal liberación con el grafito sobre aquella tabla y me sentí tan agusto con aquella técnica sin plantillas, ni patrones, que decidí realizarla más tarde en un formato mayor, donde los elementos que componen la obra eran un mero pretexto para estudios de composición.

Utilizo la obra de "El cuerno de la abundancia" para simbólicamente referirme a los frutos de mi trabajo que son mis ilustraciones. Un camino de ideas entre la pintura y la ilustración. Es una representación de las experiencias que obtengo siempre que me acerco a ese abanico de tareas tan múltiples y ricas de posibilidades plásticas y gráficas, que en mi cabeza se forman como un juego entretenido, pero que nunca sé como terminan.
 El final de cada obra siempre queda abierto esperando ser mejorado. En un afán de encontrar la perfección, de dar lo mejor en cada una de las cosas que inicio, sean del tipo que sea, pongo todo mi esfuerzo porque pienso que al fin y al cabo, estarán ahí y en algún momento futuro, volverán de nuevo a mi vida.
En todo lo que miro busco el Arte, aquello que lo armoniza a mi percepción. Creo que se produce una gran comunicación entre lo que siento y lo que representa para los demás. Es justo encontrar el equilibrio de las cosas, un equilibrio que no debemos imponernos. Debemos probar para llegar a él y no pretender unos resultados óptimos en un abrir y cerrar de ojos. Ya que todo llegará a su debido tiempo y sé que no quiero ni  puedo forzar la máquina del tiempo porque mi pretensión es llegar a disfrutar de los resultados estando en plena capacidad.
Son muchos artistas los que tienen problemas con la administración del tiempo. El estereotipo de..."Son distraídos, sensibles, coquetos, ilusionantes...". Así me he sentido yo.
Siempre dulce, risueña, deseosa de gustar y ser aceptada, cariñosa, muy trabajadora y luchadora incansable.
Pero saber que todo tiene un tiempo, un valor y un esfuerzo que debe ser medido y estudiado, ha sido mi mayor aprendizaje para no fustrar mi interior, para no marcar mi trabajo contra el tiempo, sino para ir a un ritmo, a un compás y conseguir que el tiempo sea mi guía y llegar poco a poco a los resultados deseados.